Una mirada a los inicios

A finales de los años 70, como consecuencia de la rápida expansión del consumo de heroína, decenas de familias guipuzcoanas se vieron confrontadas a diversos problemas relacionados con el abuso de drogas, para los que, en aquel momento, apenas existía información y menos aún programas orientados a la asistencia y el tratamiento de los drogodependientes y sus familias.

Ante la inexistencia de recursos adecuados y las enormes dificultades que encontraban a la hora de ayudar a sus hijos o hijas drogodependientes, un pequeño grupo de padres y madres se sumaron a la iniciativa pionera de Fernando Ibarreta y su esposa Elvira Fanlo; contaron inmediatamente con la colaboración de una serie de profesionales de la medicina, la psicología, etc. y decidieron en otoño de 1980 constituir la Asociación Guipuzcoana de Investigación y Prevención del Abuso de Drogas, AGIPAD; esta Asociación cuenta más de 300 socios y surgió ya con los principios sólidos que se han mantenido hasta nuestros días y que constituyen los rasgos fundamentales de su identidad:

  • Tratamiento profesional e integral de los problemas derivados del abuso de drogas, tanto en los aspectos relacionados con la prevención y la investigación como con los vinculados a la asistencia y el tratamiento de los drogodependientes y sus familias.
  • Voluntad de recurso y servicio público integrado en la red comunitaria.

A los dos años de su constitución formal, en 1982, AGIPAD comenzó a trabajar en unos locales cedidos por la Caja de Ahorros Provincial (hoy Kutxa) en el barrio donostiarra de Egia, al tiempo que crecía el número de socios y se asentaba su estructura profesional, desarrollando un trabajo riguroso dentro de un ámbito en el que prácticamente todo estaba por hacer.

Muchas de las líneas de intervención, que en el curso del tiempo terminarían convirtiéndose en los programas y servicios con los que actualmente cuenta AGIPAD, comenzaron a tomar forma en aquellos locales. Se trabajaba ya en el ámbito de la prevención, se prestaba atención ambulatoria a los drogodependientes, se atendía y ayudaba a sus familias.

1982 fue también un año importante por la creación de la Comunidad Terapéutica Haize-Gain, que AGIPAD puso en marcha a instancias de la Diputación Foral de Gipuzkoa en un viejo caserío cedido por el Ayuntamiento de Oiartzun. Es en la actualidad la más antigua de las Comunidades Terapéuticas en funcionamiento en el País Vasco, y fue una de las primeras del Estado.

Entre 1985 y 1990 se fueron estructurando los programas y servicios de AGIPAD, la Asociación se fue integrando en organismos nacionales e internacionales y crecieron tanto el grupo de profesionales como el número de usuarios, al tiempo que las redes comunitarias en las que siempre ha estado integrada AGIPAD se iban desarrollando.

En la década de los noventa, con un nuevo edificio para la Comunidad Terapéutica Haize-Gain y nuevos locales en el barrio donostiarra de Amara, cedidos también por Kutxa, AGIPAD fue mejorando progresivamente las condiciones materiales en la que prestaba sus servicios, al tiempo que se advertían cambios decisivos en el fenómeno de las drogodependencias –reducción de la alarma social y la percepción de riesgo, irrupción de nuevas sustancias que han conllevado un notable cambio de perfil de los drogodependientes…- que obligan a AGIPAD a un permanente ejercicio de adaptación para poder cumplir su principal objetivo: prestar el servicio más eficaz posible a sus usuarios.